Pot TRANSIDO

El sonido, su articulación- ocasionalmente en torno a un texto-, su interpretación, en compañía.
Registrarlo, editarlo, mezclarlo... hacia un único fin: música.
Y luego, compartirlo.


ANOTACIONES SOBRE LAS PROPIAS VIVENCIAS CON EL SONIDO Y LA MÚSICA

martes, 28 de enero de 2014

LOS 90´ ÉTNICO 1

Voy introduciendo unos “bocetos musicales” entre el texto porque hoy me ha dado por el análisis y, quizá, escuchándolos podáis rumiarlo y digerirlo -en su caso- con más prestancia.

Este "Volviendo del fuego" es un boceto con Manuel Cortada con la percusión y Javier Guillén en la guitarra acústica.



Algunas de las cuestiones sobre las que siempre he merodeado en torno a la música han sido las vinculadas con la Identidad, fundamentalmente las relativas a la ausencia de raíces en la música tradicional de las que partir, pues si toda ética en lo personal o moral en lo colectivo crea su propia estética la intoxicación folclórica a la que nos sometía el régimen cultural en aquellos años obtuvo que la música tradicional estuviera alejada de los circuitos comerciales y que además en Madrid el acervo en este sentido fuera tan pobre como rancio. Ni el flamenco, entonces también marginal, ni la canción popular tenían hueco en la estética musical de la dictadura.

Además, la música como actividad escolar estaba proscrita de las escuelas e institutos al no contemplarse en los planes de estudios reglados, por lo que sólo aquellos que mostraran mucho interés y su familia se lo pudiera permitir podían acercarse a los conservatorios, que además circunscribían su actividad bajo la técnica de la tabula-rasa.

En ese contexto el ambiente cultural musical fue perfectible a través de la “colonización cultural” que inevitablemente se produjo emboscada en los aires de “libertad y consumo”. Nuestra incultura, fundamentada en la ausencia o negación de nuestras raíces, abrazó los modos foráneos en busca de una identidad que aquí no se podía encontrar. 

Darbuka
Corno


Con los "Apuntes del Corno" me atreví a "tocar" una darbuka que pillé en Tetúan,  añadiendo al final una pequeña "cornetilla" o Corno muy tosca, fabricada con cuerno de cabra, embocadura de caña con lengüeta y 5 orificios hecha en Túnez.




 


Ya en los 70´el flamenco comenzó a reconocerse y se revolucionó tanto en el cante como en la guitarra. La canción popular también se dignificó por aquellos nuevos juglares llamados cantautores, que toscamente musicaron a los poetas proscritos a través de lo que se dio en llamar “la canción protesta” muy vinculada al contexto político del momento. Pero, ¿qué ocurría con la música?.

En lo musical, la cultura anglosajona había trascendido evolutivamente sus profundas raíces étnicas y folclóricas y en connivencia con la tecnología para la instrumentación e interpretación había dado lugar a sonidos y estilos distintos, como el rock y el jazz en USA o el pop en UK.

En ese contexto tanto esos estilos como su estética fueron asumidos aquí para ayudar a establecer otra ética y otra moral, algo que se materializó infructuosamente a tenor de lo visto con el paso de todos estos años.

Calimba
Palo de agua

En este evocador  "Étnico 1" utilicé Calimba y Palo de Agua, ámbos de Brasil, junto con "sonidos distantes" para la guitarra del FX 900 de Yamaha.




 


No fue hasta los años 90´ en los que, por el agotamiento y la sobre explotación de esos modelos estéticos, la industria no buscó nuevos yacimientos que mantuvieran o impulsaran el mercado, lo que vinieron a encontrarse en algo más orgánico que se denominó "lo étnico", favorecido sin duda por el incipiente marco globalizador en todos los órdenes. Fue el momento en el que también las discográficas, con respecto al fenómeno de la copia digital o “piratería” entendieron en principio que ésta no era sino una excelente herramienta de promoción de sus artistas, no calibrando las consecuencias que iba a tener a medio y largo plazo. Es más, algunas de las compañías compartieron holding con empresas que producían los equipos de copiado. La “música enlatada” se había plegado desde hace años a los soportes de reproducción mecánica, pero con la llegada del soporte digital, junto a Internet, se había llegado al paroxismo y a lo paradójico al contemplar como “el medio” suplantaba “el mensaje”, lo que trajo como consecuencia inexorable que los productos – los discos- perdieran su valor porque ya no tuvieran precio.

Pero fue esa apertura hacia "lo étnico", en concreto la referida a los ritmos y el sonido de los instrumentos que se utilizaban en nuestro próximo entorno -fundamentalmente del Magreb y del África subsahariana- lo que me sedujo y no tanto el necesario trabajo arqueológico de recuperación de las raíces de nuestro propio folclore, dadas mis limitaciones en el manejo del lenguaje musical, abriéndose con ello una vía por la que transitar que transcurrió paralela en aquellos años a la habitual y cotidiana del pop y del rock que diera lugar en el 96´ a “Transidos”.

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