Mientras el pop había
sustituido al rock y desde el foro se exportaba un sonido muy
comercial, la pose estética había comenzado
a suplantar aquella actitud ética que primara en gran parte en el rock de los 70´. A
la “movida real”, desde el 72´ hasta al 78´, se impuso esta especie de
impostura sumisa que eclosionó en los 80´, en gran medida porque la
música pop se convirtió en un yacimiento para la inversión
empresarial en virtud de florecientes, cuantiosos y pingues beneficios. Las
multinacionales aterrizaron dispuestas a rediseñar el negocio y la competencia posibilitó tanto crear formaciones de pop de diseño como el que casi todas ofrecieran productos similares, incluso se llegó a contratar a grupos que luego no se promocionarían para que no
cayeran en manos de la competencia. Lo comercial y el kitsch volvieron
a imponerse, algunos aprendieron deprisa y otros, desde la periferia,
hacían lo que se podía.
Tras una travesía
deambulando por el sur, ya en Sevilla desde el 84´, pude centrarme e
ir montando de nuevo algunas ideas con un cinta abierta de 2 pistas,
una caja de ritmos de un viejo teclado y algunos pedales para la
guitarra que dieran algo de color (delay, overdrive) junto a un Peavy
Bandit 65.
Este "Me dan igual" es una idea que retomé de la época de “Parches Simplex”. En esta versión lo acerqué al punto latino. Tuvo su letra, pero se perdió en el tiempo.
Peavey Bandit 65 |
Este "Me dan igual" es una idea que retomé de la época de “Parches Simplex”. En esta versión lo acerqué al punto latino. Tuvo su letra, pero se perdió en el tiempo.
En este otro boceto de "Olga rock" circulaba más cercano al rithm & blues.
La soledad musical en esa época me permitió ir grabando algunos bocetos que aún están esperando que les saque a bailar, como esta especie de balada lacrimosa, “Mary Lou”, sobre la que entonces tarareaba un mostrenco en un lastimoso spanglish.
Como autodidacta poco se podía avanzar sin estudiar o relacionarse con otros músicos. Pero hubo un golpe de suerte, de los que uno no llega nunca a poder explicarse, por el que vuelves a coincidir con alguien que conociste en otro contexto diferente y nunca situarías en el que te hallas.
Javier Guillén |
Sin duda aquel golpe de azar tuvo sus consecuencias, motivándonos a buscar a otros músicos para intentar montar una banda. Así fue, y Javier aportaría en ella, además de la guitarra, la composición y su estupenda voz, que no tuvo más presencia por la llegada de otros cantantes a "La Banda de Mortimer”.
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