Pot TRANSIDO

El sonido, su articulación- ocasionalmente en torno a un texto-, su interpretación, en compañía.
Registrarlo, editarlo, mezclarlo... hacia un único fin: música.
Y luego, compartirlo.


ANOTACIONES SOBRE LAS PROPIAS VIVENCIAS CON EL SONIDO Y LA MÚSICA

jueves, 21 de enero de 2016

PASOS INCIERTOS 8

Siempre hay una "Por última vez" y a ella se remite este tema. Sólo tienes que situarla. La identidad no está en los territorios, ni siquiera en la lengua compartida y, aún menos, en símbolos o signos coyunturales que sirven a otros intereses que no son ni propios ni comunes. ¿Por qué no encontrar la identidad y compartirla en los elementos que no tienen dueño, en la lluvia o en el viento, en un reflejo...



POR ÚLTIMA VEZ 

Si el agua al fluir
solo quiere nadar
el viento al partir
sólo puede cantar.

Y ahora que vas a partir
ya no tengo un por qué
simplemente vivir
para sentir libre mi piel.

Pero en tanto despertando
sin tener ningún fin
paso a paso desplazado
como sombra sin ti.

Vienen y van
sombras al caminar.
Por última vez
por última vez.

Ya no hay bruma en el horizonte
ni vértigo al deambular
y ya no extraño ningún nombre
para poder tener otra identidad.

Vienen y van
sombras al caminar.
Por última vez
por última vez. 

LA MÚSICA POPULAR EN EL CONTEXTO CULTURAL DE SEVILLA  IV

4. La Industria. 
 
En nuestra “sociedad gaseosa” de lo insustancial la imagen ha suplantado al cuerpo. La cultura del rock, a través de esas imágenes, universalizó el culto a la personalidad representado en cada estrella mediática. Así, importa el divo más que la música y tiene, por lo general, más valor el personaje que la obra.

En Sevilla, desde que la incipiente industria metió mano en la música, a finales de los 70´, comenzaron a deshacerse los primeros grupos míticos, algunos músicos emigraron para abrir horizontes y, para los que resistieron y aquellos otros que se fueron incorporando por el paso generacional se impusieron nuevas condiciones: comercialidad en la producción de los álbunes, clausulas leoninas en los contratos de las discográficas y a cambio de qué ... No voy a dar nombres, pero esos incipientes empresarios del rock sevillano y andaluz tuvieron que enfrentarse a continuación, en los 80´, a la industria de Madrid y Barcelona. Fue imposible competir con ellos por lo que se plegaron a lo seguro, los estudios y sellos con algún nombre se enfocaron de vuelta a el mercado interior: las sevillanas, las bandas procesionales y las fondos con motivos “musicales” para la publicidad en la propaganda institucional. Todo muy Yingle – Yingle..

Si la música folk / rock / pop en los 70´ estuvo en contra de los valores éticos y morales del sistema, a partir de los 80´ya no lo está, ni se alimenta de la contestación para buscar la complicidad del público, ahora, por el contrario, coopta con el “poder” y con la llegada del PSOE termina de hundir y aplacar todas las inquietudes personales y sociales. La izquierda vino a domesticar a las pocas “fieras” que en el marco de la cultura aún quedaban. La “movida” impulsada desde los Ministerios del poder fue la imagen de marca cultural de la “neosocialdemocracia españolita”. Los “señoritos” de izquierda habían encontrado una mina en ella y bien que la explotaron: “A colocarse y al loro” fue la consigna de salida... y todavía no se ha llegado a la meta... ¡¡¡ algunos ni llegarán.

En Andalucía y particularmente en Sevilla “la industria” fue una sucursal de Madrid y de Barcelona. Ocurrió en este sector como lo acaecido en el sector primario: aquí ponemos la materia prima a precio de saldo, pero el producto se enlata y se vende fuera. El poder político, que era el único que hubiera podido corregir esta situación o al menos intentar minimizarla, dio su aquiescencia a esa realidad y su empeño no fue otro sino el rodearse de “estrellas” que le dieran lustre para poder brillar. Recordamos el memorable “estrellas de la guitarra” en la Expo del 92´. Sólo el flamenco ha sido, en todo este tiempo, patrocinado oficialmente, por eso de que los Flamencos ya habían conquistado el mundo sin ayuda de nadie, aunque aquí también parece que ha habido quien ha comido del pesebre y a quien no se le ha dejado comer.

Así que mucho de lo poco que destacó fue patrocinado sólo previo servilismo y pleitesía. O, ¿acaso no aparecían grupos vinculados a casas de juventud municipales que dependían del partido político de turno que gobernaba en el Municipio?. Y ¿no hay aún hoy concursos para jóvenes músicos promovidos desde el Instituto de la Juventud?. Todo para dar una imagen política de integración y apoyo a la juventud en sus manifestaciones culturales, pero a aquella que fuera afín y no planteara discordancias.

Las iniciativas empresariales en los 90´, para todos aquellos que despertaban de esta quimera ante la manipulación política de la cultura, que comenzaron a denunciar lo discrecional, arbitrario e injusto de unas subvenciones clientelares y dieron un paso al frente comprometiéndose en su música y con sus letras, fueron muy bien tratados por los promotores locales: giras por toda la geografía de 15 o 20 conciertos seguidos en condiciones infrahumanas, de transporte, de gastos y de salario. La gloria tenía un precio y fuera del sistema oficial aún más duro ¡¡¡ Esto animó mucho a los nuevos valores a la hora de plantearse musicalmente qué hacer y para quién. La consecuencia fue la proliferación, a partir de los 2000´, de bandas dedicadas a versionar cualquier estilo, casi todas con muchísima calidad pero en detrimento de propuestas creativas.

Hoy, como ya comentamos, tenemos a los emprendedores, capaces de promocionar conciertos con artistas foráneos y que siguen la senda de la codicia nacional metiendo a tropecientas personas más de la capacidad de una sala, con los riesgos que eso entraña. Otras mentes brillantes, en colaboración con algunos garitos, se han convertido en “programadores” de conciertos y eventos, cobrando ese trabajo a los músicos y no a las salas, con una especie de diezmo o peaje vinculado al precio de la entrada. Otros directamente organizan los concursos piramidales que ya hemos comentado, que imitan a los de programa la telebasura y en los que los propios músicos compran previamente a los promotores las entradas que luego tienen que revender entre amigos y familiares para competir injustamente con otros compañeros; aquí, como habréis adivinado, no gana aquella propuesta musical más sólida, profesional, bien interpretada, sino aquella otra que tiene más votos del grupo o solista que tenga más acólitos. Una treta más del perfeccionamiento de “perversión democrática” que nos atenaza. Y luego todos se van tan contentos, público y ganadores celebrando lo que para los músicos y la música es otro estruendoso y deplorable fracaso. ¡¡¡

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