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| Luis Chacón |
BLUESY DE NIEBLA
En
cuantas horas vacías
cargadas de desilusión
en cuántos días de lluvia
cosechando desesperación
y cuantos momentos densos
saturados por el alcohol.
Cómo borrar tu nombre
de los muros del dolor
cómo apartar tus labios
de los sueños sin pasión
si aún me siento colgado
del eco de tu corazón.
No hay pena ya que valga
ni queja que pueda representar
lo que tengo que decirte:
que es el fuego de tu llama
un silencio que se apaga
cuando dejo de cantar,
un silencio que se apaga
cuando dejo de cantar.
cargadas de desilusión
en cuántos días de lluvia
cosechando desesperación
y cuantos momentos densos
saturados por el alcohol.
Cómo borrar tu nombre
de los muros del dolor
cómo apartar tus labios
de los sueños sin pasión
si aún me siento colgado
del eco de tu corazón.
No hay pena ya que valga
ni queja que pueda representar
lo que tengo que decirte:
que es el fuego de tu llama
un silencio que se apaga
cuando dejo de cantar,
un silencio que se apaga
cuando dejo de cantar.
Otro blues -en esta ocasión creo que muy blanco- fue este "El Garito". Construido y producido por Luis Jose Rivera sobre un texto de Chinh Bui. Por mi parte únicamente puse la voz.
EL GARITO
(Chinh Bui)
Olor
a nicotina, mesas cojas
botellas de tequila, luces rojas
tertulias que se olvidan
cuando llega la resaca.
Camareras con billetes en la blusa
trincheras de una luz semidifusa
que borra las caras a los que la usan
para esconder sus penas.
El bar es un hotel de medio pelo
que cura el desconsuelo
de los que no saben que hacer
con el desvelo… como yo.
Papeles por debajo de la mesa
bebidas que te alivian la tristeza
canciones como dagas en el pecho
de la melancolía.
Historias que no van a ningún lado
glorias de un pasado tan pasado
y mis sueños merodeando suicidados
en el fondo de un vaso.
Llevo aquí metido media vida
y sigo solo sin salida
recordando sus mentiras
todas las putas noches.
El bar es un hotel de medio pelo
que cura el desconsuelo
de los que no saben que hacer
con el desvelo… como yo.
botellas de tequila, luces rojas
tertulias que se olvidan
cuando llega la resaca.
Camareras con billetes en la blusa
trincheras de una luz semidifusa
que borra las caras a los que la usan
para esconder sus penas.
El bar es un hotel de medio pelo
que cura el desconsuelo
de los que no saben que hacer
con el desvelo… como yo.
Papeles por debajo de la mesa
bebidas que te alivian la tristeza
canciones como dagas en el pecho
de la melancolía.
Historias que no van a ningún lado
glorias de un pasado tan pasado
y mis sueños merodeando suicidados
en el fondo de un vaso.
Llevo aquí metido media vida
y sigo solo sin salida
recordando sus mentiras
todas las putas noches.
El bar es un hotel de medio pelo
que cura el desconsuelo
de los que no saben que hacer
con el desvelo… como yo.
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